domingo, 20 de mayo de 2012

Capítulo 14.


EL MANTEL A CUADROS.

Bajé a desayunar y luego subí las escaleras rápidamente para coger la mochila y volví a bajar con la misma rapidez. Durante todo el desayuno estuve pensando en la sopresa que me tenía preparada Dani.
Cuando bajé por segunda vez con la mochila sobre un hombro, Mauri me preguntó si no quería que me llevase al instituto, yo le dije que iría con Dani, el vecino. A mi madre le gustó mucho la idea.
Salí de casa. Dani me estaba esperando en la esquina, en cuanto me acerqué, dijo:
-¿Preparada?- dijo tendiéndome su mano.
- Preparadísima.- dije mientas la agarraba.
- Pues, vamos allá. Primero tenemos que ir a la tienda de Facu, a dejar las mochilas y a recoger unas cosas...
- ¿A recoger qué?
- Ya lo verás...
- Vamos, ¿¡no me vas a decir ni eso!?
- No.- dijo mientras sonreía.
 Durante el resto del trayecto a la tienda, no hablamos mucho, de vez en cuando, me miraba y me sonría, yo hacía lo mismo. Fuimos todo el tiempo agarrados de la mano.
Entramos en la tienda y dejamos las mochilas. Dani entró a dentro de la cocina y se puso a conversar con Facu; después de unos minutos salió con una pequeña mochila a la espalda.
- No me preguntes, no te diré nada.- me dio un beso en la mejilla y continuamos el trayecto.
Estuvimos caminando unos diez o quince minutos; el paisaje era precioso, y desde los ángulos de donde se proyectaba la luz de el Sol, aún más.
- Y bien, aquí estamos.- dijo después de haber subido una pequeña colina.
Desde aquel lugar, se veía todo Madrid.
- Oh, Dani, es precioso. El lugar más bonito en el que he estado en toda mi vida...
- Lo sé... es mi lugar favorito; deberías verlo por las noches, se ve todo Madrid iluminado; eso si es bonito...
Me quedé unos minutos admirando tal paraje; nada se comparaba a aquello. Mientras tanto, Dani puso un mantel en el suelo, y comenzó a sacar los contenidos de la mochila.
- ¿En serio? ¿Un picnic?- dije al verlo todo montado.
- Más o menos; ¿no decías que te gustaban los chicos chapados a la antigua? No hay nada más romántico ni  más antiguo que un picnic... Facu me ha dejado todas las cosas: el famoso mantel a cuadros, las copas, con cerveza, claro, no pretendo emborracharte; buena música, y, como no, helado de chocolate.
- Ah ya veo; has recurrido al helado de chocolate... muy típico...
- Perdona, pero es antiguo, ¿vale?- puso esa cara de niño pequeño que tanto me gustaba.
- Ay, mira que penita, que el nené se me ha enfadado; venga, no llores, no es para tanto; disculpa si te he ofendido...- mientras tanto, me acercaba a él y le di un beso.
- Bueno, te perdono; pero que no vuelva a pasar; si no, prometo no volver a entrar por tu ventana, no molestarte por las noches, no hacerte más picnics románticos con sorpresas....
- ¡Oh no! No podría vivir sin eso...
 Ambos comenzamos a reírnos en ese momento.
Nos sentamos sobre el mantel y Dani puso una canción "Turnig tables" de Adele. Ninguno de los dos sabíamos en aquel entonces que, ese repertorio de Adele sería tan importante para nosotros.

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