QUIZÁS PUEDA
FUNCIONAR…
Estaba mirando a la nada mientras
esperaba a que ese correo se enviara. Pensando en sabe que cosas. En todo y en
todos, no lo podía evitar por mucho que quisiera; era intentar no pensar en
ellos y venían a mi mente; mi mente no
servía como caja fuerte, era demasiado vulnerable. Pero, aún así no me arrepentía de haber hecho
todo lo que hice.
Aunque aplazara aquello que tanto
temía, llegaría el momento en el que lo tendría que hacer.
Yo era así, mi mente funcionaba de esa
forma, con impulsos que provenían del fondo de mi corazón; siempre he pensado
que las cosas realmente importantes no se piensan, se sienten, y yo, es este
momento creía eso, aunque hiciese daño. Lo tenía que hacer.
Sin pensarlo dos veces, cogí el móvil
de mi bolsillo. Busque en la agenda. Allí estaba. Un nombre que lo decía todo,
que me hacía sentirlo todo en una milésima de segundo; amor, odio, amistad,
cariño…. Todo conviviendo en ese nombre, pero no en paz. Había continuas
guerras entre ellas. Y, nunca sabía quién ganaba esas batallas…
Le di a la tecla de llamar esperando
que contestara.
-¿Si? ¿Vero?- sí, era él. Esa voz que
tanto conocía.
-Hola Fran. Sí, soy yo- me temblaba la
voz-Stela me dijo que te llamara…
-Sí, no quería que ellos me escucharan
lo que tengo que decir….
-Respecto a eso… tenemos que hablar pero
no por teléfono…
-Sí, estoy de acuerdo contigo…. Si me
das tu dirección…
-No, dentro de unos meses tengo que ir a Galicia… ya hablaremos…
-No puedo esperar unos meses. Necesito
hablar contigo y es urgente… lo nuestro no puede acabar así…
Unas lágrimas cayeron por mis
mejillas.
-¿Vero? Sé que hablar de esto te hace
daño… a mí tampoco me gusta demasiado…
-Fran, lo nuestro acabó hace tiempo.
No se va arreglar. Si no se arreglo en Galicia, en Madrid no va a cambiar.
-Es de locos, lo sé, pero… quizás
podríamos estar juntos…- se notaba que esa conversación nos dolía a los dos en
el fondo de todo nuestro ser- Desde que te fuiste no deje de pensar en ti, en
todo lo que vivimos juntos. No se pueden olvidar todos esos besos…
-Yo no te pido que los olvides…
-Sí, al decirme que todo lo que pasó
no se volverá a repetir… me hace mucho daño…
-Lo sé… siento que todo es mi culpa
por no estar ahí. Sí estuviese ahí… habría una posibilidad…
-La hay de todas formas. Y, no fuiste
tú la que lo jodió todo cuando podíamos estar juntos… Yo aún te quiero…
Las lágrimas salieron desbocadas de
mis ojos a la velocidad de la luz.
-Fran, por favor, no nos hagamos más
daño…
-Es la verdad. Te quiero como nunca he
querido a nadie. No te lo puedo negar más…. A ti no puedo engañarte.
-Está bien… tenemos que vernos… iré
este finde a Galicia…
-No, mi padre tiene que un vuelo a
Madrid para el viernes… voy yo…
-Fran, es peligroso que te metas en el
avión lleno de peces muertos…
-Bueno, si tengo hambre me hago un
poco sushi…
Me reí de ese comentario… era el… la
persona que quería…
-No sabes cuánto he echado de menos
esos comentarios tuyos…
-Y yo tu voz…y tu risa…
-Vale, hasta el viernes.
-Hasta el viernes.
-Chao.
-Chao. Te quiero.
-Ya lo sé…
-¿Me quieres?- sabía que tarde o
temprano lo preguntaría.
-Sabes que si… chao.
-Chao.
Ambos colgamos. Esa era la llamada más
dolorosa de mi vida. Sí, le quería. Más de lo que él se creía. Pero, había un
gran problema… Dani, sabía que con el tiempo lo quería a él más que a ningún
chico del mundo…
Solté un largo suspiro… a Fran le
quería pero, no podía olvidar todo lo que había sufrido por el, igual que no
podía olvidar los buenos momentos… Dani era… genial, junto a él podría sentirlo
todo, al igual que había hecho al principio con Fran… Fran, esas cuatro letras
que a mi tanto me gustaban….
-Vero, Fran es el pasado, es Galicia y
Dani es el presente…. Madrid- por mucho que quiera convencerme no puedo, yo
quiero a Fran.
Dani es el presente y Fran el pasado. Ya está. Hay que tomar una
decisión. Dani. Sí, lo intentaré con él… quizás así olvide a Fran.
Fran me ha hecho llorar… vamos, Fran
es un gran actor…
No sé cuánto tiempo estuve sopesando
las dos opciones que tenía a mi alcance. Solo sabía lo conclusión final. Ese
chico de pelo oscuro, alto y ojos color miel. Sí, era el… cuándo pensaba en que
podría asomarse por la ventana en cualquier momento me latía el corazón a mil
por hora… tenía razón cuando me decía que lo nuestro era especial, diferente a
cualquier historia… solo se me ocurrían cuatro palabras: Amor A Primera Vista.
Sí, era así.
Era impresionante mi modo de ver las
cosas. Aunque soy muy positiva, en esos casos busco los defectos…
Miré el reloj de mi muñeca. Eran las
cuatro. Tenía que hablar con él. Miré por la ventana y no estaba… pero la
ventana tenía una nota perfectamente pegada hacia fuera.
Me estoy
duchando. Entra si quieres. No tardaré mucho.
Él como siempre tan previsible. Decidí
entrar para darle una sorpresa.
Abrí mi ventana de par en par y di un
salto para entrar en la otra habitación.
Ya estaba dentro cuando vi todo tapado
con sábanas y mantas viejas.
Me senté en la cama. Sonreí yo sola
por lo que le iba a decir… no tenía ni
idea… normalmente improvisaba las cosas,
de repente las decía sin pensar, muchas veces me arrepentía, otras me alegraba…
yo, tan loca como siempre… Madrid no me cambiaría.
De pronto una puerta se abrió y
recorrió toda la estancia un perfume delicioso… tal como el que había olido
esta mañana…
Era él… me levanté de la cama rápida y
silenciosamente.
Me escondí un poco detrás de la puerta
que, de un momento a otro se abrió de par en par y volvió esa oleada de aquel
olor tan magnífico.
-Hola- susurré mientras le pasaba mis
brazos alrededor de su cuello y le daba un beso en un brazo desnudo.
Él se dio la vuelta y me besó sin
decir nada…
El beso terminó y en sus ojos se podía
ver la angustia de no saber si lo que acababa de hacer iba a ser correspondido.
No dije nada, solo sonreí y le volví a besar.
En ese momento me di cuenta de que
todo lo que me había dicho el día anterior era cierto… no lo conocía pero le
quería…
El nuevo beso también cesó. Nos
miramos el uno al otro un rato. Sin hablar, sin decir nada, solo mirándonos.
Nos sonreímos el uno al otro. Ese
momento no necesitaba palabras para ser recordado.
Cuando estaba cerca de él nada más existía; él era mi
antídoto de Galicia; mi porción diaria de risa,
amor, magia, alegría y locura.
Me abracé a él, me aferré a su torso
perfecto, a su olor mágico y a la locura.
Lo sentía respirar, sus latidos eran
arrítmicos… justo como el mío es ese momento.
-¿Vas a llorar?- preguntó mientras me
daba un beso en el pelo.
-No, aunque motivos no me faltan…-
dije mientras me separaba de él y me sentaba en la cama.
-No me querías decir esto, ¿verdad?
-Te quería decir esto pero, no de esta
forma… ahora mismo estoy hecha un lio… en mi cabeza no caben más cosas. Fran,
mi ex, viene el viernes para hablar y, no sé qué decirle…
-Le quieres…
-Sí. Pero no puedo olvidar el daño que
me hizo cuando estábamos juntos. Me puso los cuernos con una amiga mía; le dijo
que lo habíamos dejado y estuvo saliendo con las dos a la vez durante casi tres
meses… no se lo puedo perdonar.
-Oye, no tengo prisa. Tómate tu
tiempo- dijo mientras se sentaba a mi lado en la cama.
-Lo sé, y precisamente por eso quiero
estar contigo y no con él. Tú me entiendes, él no. Es muy buen amigo pero, nada
más. Le quiero, no lo puedo negar; estaba muy enamorada de él y, eso no
desaparece en cuestión de días… y no ayuda mucho que te mudes a un sitio en
dónde no conoces a nadie y un chico, que no está nada mal, te diga a la tarde de conoceros que le gustas…- dije de
carrerilla mientras le dedicaba una sonrisa.
-Me he pasado con todo esto… pero, un
día te despiertas y crees que va a ser un día aburrido como en los últimos
meses; llegas al instituto y te encuentras con una chica guapísima que no te
conoce y que pasa de ti. Desde entonces, desde que me dejaste solo, supe que
eras especial y diferente a todos esos clones de Sonia que hay en el instituto.
Tú no le sigues la corriente a nadie… eres tu propia corriente.
-Gracias por decir que soy rara…- dije
mientras le sonreía.
-Rara no, especial…
-Especial…vale, como quieras…especial…
-Si te hace sentir mejor… yo también
soy raro…- dijo mientras me guiñaba un ojo.
-Raro no, especial…
-Claro.
Nos reímos un rato de esa pequeña
broma…
-Especial o rara, quiero estar aquí,
contigo, no con Fran. Él solo se quiere a si mismo…
-Si es así, ¿por qué estuviste con él?
-No sé, supongo que estaba muy
enamorada de él y no veía la realidad…
-Por eso no querías estar conmigo…
-Sí, por eso mismo. Contigo puede ser
diferente que con él.
-Quizás. Tú piénsalo y ya está, sin
prisas.
-Por eso he pensado en ti- mientras lo
decía me tiraba encima de él, tumbándole en la cama.
-No sabía que eras campeona de lucha
libre… si lo hubiese sabido nunca me liaría contigo.
-Demasiado tarde-susurré a su oído
mientras le besaba.
Cuándo el beso terminó, me enderecé.
Estaba encima de él, me tumbé a su lado y, esta vez fue él el que se abalanzó
sobre mí.
-Raro o especial, te quiero y eso no
lo va a cambiar nadie ni nada, sé que te acabo de conocer pero… estoy loco, lo
sé pero…
Estaba claro que le costaba hablar de
eso, aunque era el chico más sensible del mundo; así que le ayude un poco…
-Sé lo que estás sintiendo, yo estoy
igual pero, ahora no pensemos; no quiero pensar, quiero estar contigo, está
decidido. Cuando estoy contigo, se me olvida Galicia, se me olvida Fran, hasta
se me olvida donde estoy…
En ese momento me dio uno de esos
besos que solo él me sabía dar; por un momento pensé que todo era mentira, que
no existía alguien tan perfecto como él, pero estaba ahí y esa era la única
realidad…
El beso paró y Dani comenzó a hablar.
-¿Sabes? Dicen que lo que no mata hace
más fuerte… cuando estoy deprimido pienso en eso, en que todo puede cambiar por
una simple acción… es como nosotros, por un simple beso puedo saber si me
quieres o no, y por una simple bofetada puedo saber si no me soportas- Dani rió
con amargura- Cuando estaba con Sonia, la chica del instituto no era así, no
era tan transparente como tú. Tenía que ir descifrando lo que creía o lo que
sentía porque no era capaz de decírmelo… mírate a ti, eres perfectamente,
¿predecible? ; No, eso no pero con solo mirarte sé que me quieres… y eso que te
conocí hace… -miro el reloj de la mesilla durante unos segundos- unas pocas
horas… imagino que serás incapaz de mentir a tus amigos o a tus padres…
-Cierto, no soy capaz de mentir... ni siquiera sé... siempre me pillan. Pero, ¿cómo es eso de que dices que soy predecible? - en cierta parte, me pareció mal que lo hubiese dicho...
-No es que seas predecible, es que simplemente sé lo que opinas o piensas con solo mirarte... no necesito nada más para conocerte, eres simple; pero no sientas mal por ello, es algo bueno.
-Sí, es genial.. -dije con tono irónico- Es genial que te digan lo poco interesante que eres.
-Yo no he dicho que fueras poco interesante.. si fuese así, ¿crees que estaría aquí contigo en lugar de estar escuchando música?- dijo con tono burlón.
Nuevas carcajadas inundaron la estancia entre algún que otro beso...