miércoles, 28 de marzo de 2012

Capítulo 8


QUIZÁS PUEDA FUNCIONAR…

Estaba mirando a la nada mientras esperaba a que ese correo se enviara. Pensando en sabe que cosas. En todo y en todos, no lo podía evitar por mucho que quisiera; era intentar no pensar en ellos y venían a mi mente;  mi mente no servía como caja fuerte, era demasiado vulnerable.  Pero, aún así no me arrepentía de haber hecho todo lo que hice.
Aunque aplazara aquello que tanto temía, llegaría el momento en el que lo tendría que hacer.
Yo era así, mi mente funcionaba de esa forma, con impulsos que provenían del fondo de mi corazón; siempre he pensado que las cosas realmente importantes no se piensan, se sienten, y yo, es este momento creía eso, aunque hiciese daño. Lo tenía que hacer.
Sin pensarlo dos veces, cogí el móvil de mi bolsillo. Busque en la agenda. Allí estaba. Un nombre que lo decía todo, que me hacía sentirlo todo en una milésima de segundo; amor, odio, amistad, cariño…. Todo conviviendo en ese nombre, pero no en paz. Había continuas guerras entre ellas. Y, nunca sabía quién ganaba esas batallas…
Le di a la tecla de llamar esperando que contestara.
-¿Si? ¿Vero?- sí, era él. Esa voz que tanto conocía.
-Hola Fran. Sí, soy yo- me temblaba la voz-Stela me dijo que te llamara…
-Sí, no quería que ellos me escucharan lo que tengo que decir….
-Respecto a eso… tenemos que hablar pero no por teléfono…
-Sí, estoy de acuerdo contigo…. Si me das tu dirección…
-No, dentro de unos  meses tengo que ir a Galicia… ya hablaremos…
-No puedo esperar unos meses. Necesito hablar contigo y es urgente… lo nuestro no puede acabar así…
Unas lágrimas cayeron por mis mejillas.
-¿Vero? Sé que hablar de esto te hace daño… a mí tampoco me gusta demasiado…
-Fran, lo nuestro acabó hace tiempo. No se va arreglar. Si no se arreglo en Galicia, en Madrid no va a cambiar.
-Es de locos, lo sé, pero… quizás podríamos estar juntos…- se notaba que esa conversación nos dolía a los dos en el fondo de todo nuestro ser- Desde que te fuiste no deje de pensar en ti, en todo lo que vivimos juntos. No se pueden olvidar todos esos besos…
-Yo no te pido que los olvides…
-Sí, al decirme que todo lo que pasó no se volverá a repetir… me hace mucho daño…
-Lo sé… siento que todo es mi culpa por no estar ahí. Sí estuviese ahí… habría una posibilidad…
-La hay de todas formas. Y, no fuiste tú la que lo jodió todo cuando podíamos estar juntos… Yo aún te quiero…
Las lágrimas salieron desbocadas de mis ojos a la velocidad de la luz.
-Fran, por favor, no nos hagamos más daño…
-Es la verdad. Te quiero como nunca he querido a nadie. No te lo puedo negar más…. A ti no puedo engañarte.
-Está bien… tenemos que vernos… iré este finde a Galicia…
-No, mi padre tiene que un vuelo a Madrid para el viernes… voy yo…
-Fran, es peligroso que te metas en el avión lleno de peces muertos…
-Bueno, si tengo hambre me hago un poco sushi…
Me reí de ese comentario… era el… la persona que quería…
-No sabes cuánto he echado de menos esos comentarios tuyos…
-Y yo tu voz…y tu risa…
-Vale, hasta el viernes.
-Hasta el viernes.
-Chao.
-Chao. Te quiero.
-Ya lo sé…
-¿Me quieres?- sabía que tarde o temprano lo preguntaría.
-Sabes que si… chao.
-Chao.
Ambos colgamos. Esa era la llamada más dolorosa de mi vida. Sí, le quería. Más de lo que él se creía. Pero, había un gran problema… Dani, sabía que con el tiempo lo quería a él más que a ningún chico del mundo…
Solté un largo suspiro… a Fran le quería pero, no podía olvidar todo lo que había sufrido por el, igual que no podía olvidar los buenos momentos… Dani era… genial, junto a él podría sentirlo todo, al igual que había hecho al principio con Fran… Fran, esas cuatro letras que a mi tanto me gustaban….
-Vero, Fran es el pasado, es Galicia y Dani es el presente…. Madrid- por mucho que quiera convencerme no puedo, yo quiero a Fran.
Dani es el presente  y Fran el pasado. Ya está. Hay que tomar una decisión. Dani. Sí, lo intentaré con él… quizás así olvide a Fran.
Fran me ha hecho llorar… vamos, Fran es un gran actor…
No sé cuánto tiempo estuve sopesando las dos opciones que tenía a mi alcance. Solo sabía lo conclusión final. Ese chico de pelo oscuro, alto y ojos color miel. Sí, era el… cuándo pensaba en que podría asomarse por la ventana en cualquier momento me latía el corazón a mil por hora… tenía razón cuando me decía que lo nuestro era especial, diferente a cualquier historia… solo se me ocurrían cuatro palabras: Amor A Primera Vista. Sí, era así.
Era impresionante mi modo de ver las cosas. Aunque soy muy positiva, en esos casos busco los defectos…
Miré el reloj de mi muñeca. Eran las cuatro. Tenía que hablar con él. Miré por la ventana y no estaba… pero la ventana tenía una nota perfectamente pegada hacia fuera.


Me estoy duchando. Entra si quieres. No tardaré mucho.  

Él como siempre tan previsible. Decidí entrar para darle una sorpresa.
Abrí mi ventana de par en par y di un salto para entrar en la otra habitación.
Ya estaba dentro cuando vi todo tapado con sábanas y mantas viejas.
Me senté en la cama. Sonreí yo sola por lo que le iba a decir…  no tenía ni idea… normalmente  improvisaba las cosas, de repente las decía sin pensar, muchas veces me arrepentía, otras me alegraba… yo, tan loca como siempre… Madrid no me cambiaría.
De pronto una puerta se abrió y recorrió toda la estancia un perfume delicioso… tal como el que había olido esta mañana…
Era él… me levanté de la cama rápida y silenciosamente.
Me escondí un poco detrás de la puerta que, de un momento a otro se abrió de par en par y volvió esa oleada de aquel olor tan magnífico.
-Hola- susurré mientras le pasaba mis brazos alrededor de su cuello y le daba un beso en un brazo desnudo.
Él se dio la vuelta y me besó sin decir nada…
El beso terminó y en sus ojos se podía ver la angustia de no saber si lo que acababa de hacer iba a ser correspondido. No dije nada, solo sonreí y le volví a besar.
En ese momento me di cuenta de que todo lo que me había dicho el día anterior era cierto… no lo conocía pero le quería…
El nuevo beso también cesó. Nos miramos el uno al otro un rato. Sin hablar, sin decir nada, solo mirándonos.
Nos sonreímos el uno al otro. Ese momento no necesitaba palabras para ser recordado.
Cuando estaba  cerca de él nada más existía; él era mi antídoto de Galicia; mi porción diaria de risa,  amor, magia, alegría y locura.
Me abracé a él, me aferré a su torso perfecto, a su olor mágico y a la locura.
Lo sentía respirar, sus latidos eran arrítmicos… justo como el mío es ese momento.
-¿Vas a llorar?- preguntó mientras me daba un beso en el pelo.
-No, aunque motivos no me faltan…- dije mientras me separaba de él y me sentaba en la cama.
-No me querías decir esto, ¿verdad?
-Te quería decir esto pero, no de esta forma… ahora mismo estoy hecha un lio… en mi cabeza no caben más cosas. Fran, mi ex, viene el viernes para hablar y, no sé qué decirle…
-Le quieres…
-Sí. Pero no puedo olvidar el daño que me hizo cuando estábamos juntos. Me puso los cuernos con una amiga mía; le dijo que lo habíamos dejado y estuvo saliendo con las dos a la vez durante casi tres meses… no se lo puedo perdonar.
-Oye, no tengo prisa. Tómate tu tiempo- dijo mientras se sentaba a mi lado en la cama.
-Lo sé, y precisamente por eso quiero estar contigo y no con él. Tú me entiendes, él no. Es muy buen amigo pero, nada más. Le quiero, no lo puedo negar; estaba muy enamorada de él y, eso no desaparece en cuestión de días… y no ayuda mucho que te mudes a un sitio en dónde no conoces a nadie y un chico, que no está nada mal, te diga a la tarde  de conoceros que le gustas…- dije de carrerilla mientras le dedicaba una sonrisa.
-Me he pasado con todo esto… pero, un día te despiertas y crees que va a ser un día aburrido como en los últimos meses; llegas al instituto y te encuentras con una chica guapísima que no te conoce y que pasa de ti. Desde entonces, desde que me dejaste solo, supe que eras especial y diferente a todos esos clones de Sonia que hay en el instituto. Tú no le sigues la corriente a nadie… eres tu propia corriente.
-Gracias por decir que soy rara…- dije mientras le sonreía.
-Rara no, especial…
-Especial…vale, como quieras…especial…
-Si te hace sentir mejor… yo también soy raro…- dijo mientras me guiñaba un ojo.
-Raro no, especial…
-Claro.
Nos reímos un rato de esa pequeña broma…
-Especial o rara, quiero estar aquí, contigo, no con Fran. Él solo se quiere a si mismo…
-Si es así, ¿por qué estuviste con él?
-No sé, supongo que estaba muy enamorada de él y no veía la realidad…
-Por eso no querías estar conmigo…
-Sí, por eso mismo. Contigo puede ser diferente que con él.
-Quizás. Tú piénsalo y ya está, sin prisas.
-Por eso he pensado en ti- mientras lo decía me tiraba encima de él, tumbándole en la cama.
-No sabía que eras campeona de lucha libre… si lo hubiese sabido nunca me liaría contigo.
-Demasiado tarde-susurré a su oído mientras le besaba.
Cuándo el beso terminó, me enderecé. Estaba encima de él, me tumbé a su lado y, esta vez fue él el que se abalanzó sobre mí.
-Raro o especial, te quiero y eso no lo va a cambiar nadie ni nada, sé que te acabo de conocer pero… estoy loco, lo sé pero…
Estaba claro que le costaba hablar de eso, aunque era el chico más sensible del mundo; así que le ayude un poco…
-Sé lo que estás sintiendo, yo estoy igual pero, ahora no pensemos; no quiero pensar, quiero estar contigo, está decidido. Cuando estoy contigo, se me olvida Galicia, se me olvida Fran, hasta se me olvida donde estoy…
En ese momento me dio uno de esos besos que solo él me sabía dar; por un momento pensé que todo era mentira, que no existía alguien tan perfecto como él, pero estaba ahí y esa era la única realidad…
El beso paró y Dani comenzó a hablar.
-¿Sabes? Dicen que lo que no mata hace más fuerte… cuando estoy deprimido pienso en eso, en que todo puede cambiar por una simple acción… es como nosotros, por un simple beso puedo saber si me quieres o no, y por una simple bofetada puedo saber si no me soportas- Dani rió con amargura- Cuando estaba con Sonia, la chica del instituto no era así, no era tan transparente como tú. Tenía que ir descifrando lo que creía o lo que sentía porque no era capaz de decírmelo… mírate a ti, eres perfectamente, ¿predecible? ; No, eso no pero con solo mirarte sé que me quieres… y eso que te conocí hace… -miro el reloj de la mesilla durante unos segundos- unas pocas horas… imagino que serás incapaz de mentir a tus amigos o a tus padres… 
-Cierto, no soy capaz de mentir... ni siquiera sé... siempre me pillan. Pero, ¿cómo es eso de que dices que soy predecible? - en cierta parte, me pareció mal que lo hubiese dicho...
-No es que seas predecible, es que simplemente sé lo que opinas o piensas con solo mirarte... no necesito nada más para conocerte, eres simple; pero no sientas mal por ello, es algo bueno.
-Sí, es genial.. -dije con tono irónico- Es genial que te digan lo poco interesante que eres.
-Yo no he dicho que fueras poco interesante.. si fuese así, ¿crees que estaría aquí contigo en lugar de estar escuchando música?- dijo con tono burlón.
Nuevas carcajadas inundaron la estancia entre algún que otro beso...