sábado, 23 de junio de 2012

Capítulo 17.

ROMEOS Y JULIETAS. 


En una hora Aaron y yo ya nos habíamos puesto al día. A él le iba muy bien con Paola, y me alegraba mucho; él era una de las pocas personas que se merecían lo mejor del mundo.
Cuando llegamos a casa, mi madre nos preguntó donde habíamos estado y mi hermano se lo explicó todo, mientras tanto, yo charlaba de forma animada con Paola. Me dijo que sus amigos de Italia tenían muchas ganas de conocerme y que fuese en verano unas semanas; no le dí una respuesta segura, hasta verano faltaba mucho tiempo y tendría que ir algo a Galicia y no quería dejar a mis dos únicos amigos de Madrid solos tanto tiempo... igual les decía que se vinieran; al principio me pareció una mala idea, pero luego me agradó.
Llamaron a la puerta y fui a abrir, era Lola. Me preguntó si iba a dar una vuelta. Le pregunté a mi madre y me dijo que si; mientras tanto, Aaron, Paola y ella empezaron a hablar.
Salimos por la puerta de la casa número 13 cinco minutos después. Decidimos ir a nuestro lugar preferido, al sitio donde nos conocimos: a la pista de skate.
Cuando llegamos estaban los chicos de la otra vez. Nos sentamos en un banco, en el mismo que aquel día.
- Y bueno, ¿qué tal con tu Romeo?- preguntó con tono irónico.
- Genial...
Le conté todo lo que había sucedido por la mañana.
- Y mientras tanto, yo en clase toda aburrida... bueno, la verdad es que no he ido a clase....
- Ya me estás contando ahora mismo. -dije mientas le daba un pequeño codazo.
- Haber, es que es difícil de contar...
- Cuanto antes empieces, antes acabarás.
- Tienes razón... Bueno, ¿sabes el chico que estaba aquí el otro día? Los que estaban aquí, el que nos habló...
- Sí..
- Pues... bueno... hoy estuve todo el día con él; es un chico fantástico...
- Te gusta.
- No.
- Estás coladita por ese chico... pero dime cosas de él.
- Haber, se llama Jorge; y es majísimo. Cuando llegué al instituto, él estaba en la puerta, se me acercó y me pidió perdón por lo de ayer, y yo le dije que le había contestado así por que era nueva y no conocía a nadie; él me dijo que allí tenía a un amigo siempre que quisiese hablar y si quería que hablásemos durante la mañana y le dije que sí. De modo que no fui a clase, me quedé con él en un parque y hablamos todo el tiempo... Vero, este chico es diferente.
- Me alegro mucho por ti, Lola.- dije mientras nos abrazábamos.
- Hola Lola- dijo el que debía de ser el famoso Jorge.
- Hola Jorge. Mira esta es Vero...
- Hola- dije con una amplia sonrisa.
- Hola, siento mucho lo de ayer; es que tenía un día tonto...
- Tranquilo. Bueno chicos, yo me voy a casa que mi madre me estará esperando para comer... Chao- me levanté y le di un beso a cada uno, le dije a Lola que más tarde la llamaría y a Jorge que mañana lo vería en el instituto.
De camino a casa me llamo Stela y hablamos de lo de Fran; me dijo que se había liado con una el otro día y que no le hiciese caso, que ahora estaban todos contra él.
Para ser sinceros, me dolió mucho, pero me alivió aún más saber que ahora tenía una razón para alejarme de él, y esta vez, lo tenía claro, iría el viernes, pero no volvería a Madrid con los ojos hinchados de llorar y llorar, eso lo tenía claro.